Lo que se
inició a finales del siglo III a. C. como una
invasión estratégica para cortar las líneas de abastecimiento cartaginesas que
sostenían la invasión de la Península Itálica por Aníbal durante
laSegunda Guerra Púnica, pronto pasó a ser
una invasión de conquista que en unos doce años había expulsado por completo a
las fuerzas cartaginesas de la Península. Sin embargo, Roma aún tardaría casi
dos siglos en dominar la totalidad de la Península Ibérica, debido
principalmente a la fuerte resistencia que los pueblos del interior
(celtíberos, lusitanos, astures, cántabros, etc.) ofrecieron a los invasores.
Dos siglos de guerras intermitentes aunque extremadamente violentas y crueles,
tras los cuales las culturas prerromanas de Hispania fueron casi por completo
exterminadas. La dominación romana perduraría hasta la entrada en Hispania de
las primeras tribus bárbaras, ya en el siglo V,
formando durante los siete siglos de influencia romana una población homogénea
en Hispania conocida como «hispano-romana».