jueves, 1 de agosto de 2013

¿Qué significa el término Lupanar?

Esta literaria y enfática forma de referirse a un prostíbulo o burdel procede del latín, lengua en que las prostitutas eran a veces designadas popularmente con el vocablo lupa (loba), aunque los romanos cultos preferían la palabra meretrix (la que se gana la vida por sí misma). La costumbre romana de denominar lobas a las prostitutas podría venir de la propia leyenda de Rómulo y Remo, en la que se cuenta que ambos fueron amamantados por una loba, que, según la interpretación de algunos escritores de tiempos imperiales, habría sido en realidad una prostituta. También podría deberse a las Lupercales, fiestas que se celebraban en febrero en honor al Dios Luperco y en las que las mujeres que se entregaban a la prostitución sagrada con los sacerdotes del templo, los luperci, acabaron siendo llamadas lupae.

Curiosidad...




Cartago fue fundada por una princesa huida. La fenicia Elisa o también llamada Dido abandonó Tiro después de que su hermano Pigmalión matase a su marido. Acompañada por aristócratas y comerciantes que apoyaban sus derechos, creó Cartado.





¿Que emperador romano gobernó desde Hispania?

Octavio Augusto, que convirtió Tarraco en su capital durante unos dos años. El poderoso emperador había venido hasta Hispania a mediados del siglo 27 a.C. para dirigir personalmente al ejército romano en las Guerras Cántabras. Antes de dirigirse a ellas, decidió invernar en el cálido clima mediterráneo de la ciudad señera de la nueva provincia Citerior Tarraconense. Después marchó al frente de batalla en el norte, pero volvería a Tarraco antes de tiempo motivado por dos inesperados sucesos: enfermó en campaña y, además, estuvo a punto de morir porque un rayo cayó cerca de su litera y fulminó a uno de los esclavos que la portaba.


Así, alargó su estancia en la actual Tarragona, a la que convirtió en máximo centro de poder romano a todos los efectos: recibía embajadas, tomaba decisiones administrativas y estratégicas e incluso celebró allí la solemne investidura en sus consulados octavo y noveno, de carácter anual, los días 1 de enero de los años 26 y 25 a.C.




Moneda de Oro con la efigie de Augusto procedente de Pérgamo (Museo Arqueológico, Madrid).