miércoles, 27 de febrero de 2013

Batallas de Roma I


LAGO REGILO (496 a.C.)
Tras derrotar a los sabinos y a los arruncos, con esta batalla Roma vence a los latinos y se convierte en dominadora del Lacio. Se utilizó por primera vez a un dictador, que en momentos críticos para la nación asumía los poderes durante un año. Postumio tuvo el honor de ser el primero.

ALIA (390 a.C.)
Los galos de Breno vencen con un ejército muy superior en efectivos, provocan el pánico entre los civiles pintándose de rojo y saquean Roma, destruyendo el primer código legal: las "Leyes de las Doce Tablas", que estuvieron expuestas en el Foro. El héroe Marco Manlio salva el Capitolio y se libran de Breno pagando un elevado tributo. En el pago, el galo pronunció su famosa frase: "Vae Victis" (¡Ay de los vencidos!) colocando su espada en el platillo de una balanza falseada para pesar el oro.

PASO DE CAUDIO (321 a.C.)
En el valle del Samnio (Italia central), los romanos sufren una de las derrotas más dolorosas frente a los samnitas de Poncio. Son obligados a pasar bajo las "horcas caudianas", unas lanzas clavadas en el suelo, aumentando la humillación de los soldados.

SENTINO (295 a.C.)
Gran victoria sobre una coalición de samnitas, etruscos y galos, que permite a Roma contactar con el mar Adriático, dominar toda la Italia central, y poner los ojos en las colonias griegas del sur.

LAGO VADIMONE (283 a.C.)
Victoria sobre la coalición galo-etrusca.

HERACLEA (280 a.C.)
Pirro, el rey de Epiro, acude en ayuda de la colonia griega de Tarento, y con elefantes entre sus tropas vence a los romanos.

ASCOLI SATRIANO (279 a.C.)
Tras la derrota de Heraclea, los romanos se reagrupan frente al ejército de Pirro a sólo dos jornadas de Roma y le hacen retroceder; cuando se enfrentan cerca de Ausculum vuelven a ser vencidos, aunque inflingen muchas bajas al ejército griego.

BENEVENTO (275 a.C.)
Victoria definitiva sobre Pirro, que se retira a Grecia, donde muere tres años después luchando contra Argos, habiendo conquistado tierras macedonias. Al partir de Sicilia dijo: "¡Qué hermoso campo de batalla dejamos a los cartagineses y a los romanos!". Tres años después de la batalla, cayó Tarento y Roma también se apodera de la Italia meridional.

MILAZZO (260 a.C.)
Victoria naval del cónsul Duilio frente a Milas, dentro de la primera guerra púnica. Las proas de los navíos apresados engalanan la "columna rostral" del Foro, para celebrar la primera victoria naval de la historia de Roma.

ECNOMO (256 a.C.)
Nueva victoria naval. El vencedor, el cónsul Atilio Régulo decide desembarcar en África.

TÚNEZ (255 a.C.)
Régulo desembarca en el cabo Bon, pero Cartago es inexpugnable: la capital posee unas grandiosas murallas de 34 kilómetros de perímetro, y sus tropas son confiadas a un general espartano, Jantipo, que derrota a los romanos y hace prisionero al cónsul y a 5.000 de sus soldados. Además, inmediatamente después, una tempestad destruye la flota romana con miles de hombres a bordo.

CABO TELAMÓN (255 a.C.)
Mientras se libra la guerra púnica, aparecen nuevas incursiones galas por el norte. Se proclama una movilización general y aplastan a los invasores. Roma quiere zanjar su vulnerabilidad, y establece colonias en la llanura del Po (Galia Cisalpina).

ISLAS EGADAS (242 a.C.)
Cerca de estas islas, Lutacio Catulo vuelve a derrotar a los púnicos por mar. Esta victoria decisiva obliga a Cartago a sellar la paz, abandonando Sicilia y obligándose al pago de un fuerte tributo.

EL TESINO (218 a.C.)
Tras atravesar los Alpes, Aníbal vence a los romanos en su primer encuentro, dentro ya de la segunda guerra púnica.

TREBIA (218 a.C.)
Nueva victoria de Aníbal.

LAGO TRASIMENO (217 a.C.)
Aníbal encierra a los romanos en el lago y aniquila al ejército enviado para detenerlo.

CANNAS (216 a.C.)

La más humillante derrota de la República romana. Aníbal, con un ejército mermado vence a un impresionante número de efectivos, mediante una estrategia que ocupa páginas de honor en la historia militar: con sus íberos y galos envuelve y aniquila nuevamente al ejército romano, esta vez en torno a 60.000 hombres. Tiene Roma a su merced sin soldados para defenderla, y acaba entrando definitivamente en la leyenda.

Tipos de Gladiadores


Había diferentes clases y categorías de gladiadores que se diferenciaban por su armamento y su manera de combatir. Los más populares eran los siguientes:


  • Los samnitas tomaban su nombre de un armamento especial tomado del pueblo homónimo. Se decía que los campanianos, después de la victoria alcanzada por el dictador Papirio Cursor sobre los samnitas en el año 44 de Roma, adoptaron para sus gladiadores el equipo militar de sus vencidos que se componía de un gran escudo oblongo, un casco con visera, cresta y cimera de plumas, una ócrea en la pierna izquierda, una especie de brazal de cuero o metal que cubría en parte el hombro en el brazo derecho y una espada corta. Fue el primer tipo de gladiador en aparecer.



  • Los murmillos o mirmillones se distinguían por su casco de bordes amplios con una alta cresta, que les daba aspecto de pez. Llevaban túnica corta, cinturón ancho, armadura en su pierna izquierda y en su brazo derecho y el clásico escudo rectangular curvado del legionario romano. Su arma era la espada corta y recta del legionario o gladius, de donde los gladiadores toman su nombre. Se cree que el estilo de su vestimenta y armas deriva de los guerreros galos. En ocasiones luchaban con armadura completa, convirtiéndose en un formidable oponente.
  • Los gladiadores tracios contaban con un pequeño escudo rectangular o "parmula" (de aprox. 60 x 65 cm) y una espada muy corta con hoja ligeramente curva o "sica", con el objeto de atacar la espalda desarmada de su oponente. Su indumentaria incluía armadura en ambas piernas, necesarias dado lo reducido de su escudo, protector para el hombro y brazo de la espada, pollera corta con cinturón ancho y casco con pluma lateral, visor y cresta alta. Derivado del guerrero griego de Tracia, como su nombre lo indica.
  • En tiempo del Imperio romano estaban muy en boga los gladiadores llamados secutores que iban armados de casco, escudo y espada, derivación de los mirmillones para combate con los reciarios. Sus armas eran iguales a las de los mirmillones, con excepción del casco, que era completamente liso y con pequeños agujeros para los ojos, para evitar ser atrapados en la red de los reciarios.
  • Los reciarios combatían con los secutores y vestían túnica corta o faldilla con cinturón y llevaban el brazo izquierdo cubierto con una manga, iban con la cabeza descubierta y armados de una red, un tridente (fuscina) y un puñal. La habilidad del reciario consistía en lanzar la red para cubrir a su oponente por la cabeza, inmovilizarle y clavarle el tridente a través de la misma. El puñal se utilizaba para matar a su adversario o para deshacerse de la red, cortando la línea que la sujetaba a su muñeca. Los reciarios excepcionalmente combatían contra los mirmillones que iban armados y combatían del mismo modo que los secutores.
  • Los laquearii eran unos gladiadores que aparecieron en los últimos tiempos del Imperio y que iban escasamente armados. Su característica era el uso del lazo, con técnica similar a los reciarios.
  • Los Hoplomachus llevaban armadura completa, compuesta de casco con visera, coraza y ócreas. Armados con una lanza y un escudo circular, a semejanza del que usaba la infantería griega: los hoplitas.
  • Los gladiadores que combatían a caballo (equites) llevaban un casco con visera cerrada, los brazos envueltos en correas por arma ofensiva tenían el spiculum y por arma defensiva la parma.
  • Los que combatían sobre carros (essedarii) querían imitar las hábiles maniobras de los guerreros bretones, modo de combatir que fue introducido en Roma por César.
  • Los andabatae eran aquellos forzados a combatir y que llevaban un casco sin agujeros en la visera.
  • Los dimanchaeri luchaban con dos espadas y grebas que protegían ambas piernas, cinturón ancho y protección en los brazos. A este tipo pertenecía al parecer Espartaco.


  • Los provocatores que solían abrir las tardes de los espectáculos de combate en los anfiteatros. Combatían con espada, escudo, casco con dos viseras pero sin ala para no ser enganchados por las redes de los reciarios, con los que frecuentemente luchaban y un protector en el pecho (cardiophylax).